Desarrollo sostenible y su relación con la ISO 14001 y la RSC

En la actualidad, escuchamos continuamente en las noticias sobre el Cambio Climático, sobre las medidas del Gobierno para cumplir con la Agenda 2030, etc. pero la mayor parte de gente no se da cuenta que estas directrices son aplicables en el día a día de nuestra sociedad y empresas. En esta publicación quiero mostraros mediante un esquema los diferentes conceptos y cómo se relacionan entre sí; además de las implicaciones puede llegar a tener en la gestión de la empresa.

El esquema es el siguiente:

El sistema de producción, hasta hace unos años, solía ser un sistema de producción y consumo lineal. Es decir, se extraían los recursos naturales, se producía, se consumía y, finalmente se desechaba el producto. Además, en este modelo, era necesario un gran consumo de energía para extraer los recursos naturales y producir, generando gran contaminación de aire, suelos y agua en el proceso. Se consideraba que los recursos naturales eran ilimitados y por lo tanto, podían consumirse de forma ilimitada.

Desde hace algunas décadas, se están produciendo una serie de acontecimientos, en que los efectos que se producen son nocivos para nosotros, y por lo tanto, para nuestra supervivencia. Por ejemplo, el aumento de la temperatura del planeta debido al exceso de contaminación (emisión de gases de efecto invernadero). El aumento de la temperatura supone una disminución de los recursos naturales, que son imprescindibles para la supervivencia humana, por ejemplo, agua y vegetación (comida). Una disminución de recursos significa la necesidad de competir por ellos, causando disputas entre países por el territorio.

Por otro lado, una falta de recursos supone una disminución del nivel de producción y por lo tanto, una disminución del crecimiento económico. La solución pasa por un cambio en el modelo económico y de producción. Este modelo acordado por los diferentes países se denomina Desarrollo Sostenible.

Para que un país pueda desarrollarse sosteniblemente, debe tener en cuenta en sus políticas, el crecimiento económico, la protección del medio ambiente y el bienestar de la sociedad. Para que se puedan desarrollar cada uno de los tres factores que intervienen existen varias herramientas que se están poniendo en práctica en los últimos años, como por ejemplo:

Factor económico: implementación de la Economía Circular, donde los recursos necesarios para producir, son aprovechados o reutilizados de otros procesos, y donde los residuos que se generan después de consumir el producto final son tratados con la finalidad de transformarse o reutilizarse como recursos de partida. La energía necesaria para transformar el producto, es procedente de energías renovables. Crecimiento sí, producción sí, pero teniendo en cuenta el consumo de recursos y la no contaminación del ambiente en el proceso.

Factor social: con la finalidad de eliminar la pobreza, disponer de salarios justos e igualitarios, se dispone de una herramienta eficaz, que es la legislación, donde tanto ciudadanos y empresas deben cumplir. En los últimos tiempos, se ha incorporado para las empresas, con carácter voluntario, bonificado por parte del Estado, que las empresas incorporen en su sistema de gestión, la denominada Responsabilidad Social Corporativa (RSC).

Factor ambiental: de nuevo, la legislación ambiental, es la herramienta más poderosa que existe para proteger el medio ambiente. Por otro lado, la implementación de sistemas de gestión ambiental en las empresas (ISO 14001 y EMAS) tanto públicas como privadas, permiten aumentar la concienciación y extender las buenas prácticas ambientales. Por último, también se disponen de los instrumentos de la Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) y Evaluación Ambiental Estratégica (EAE). El primero sirve para autorizar por parte de un órgano ambiental la ejecución de una actividad o proyecto; en el segundo caso, es para autorizar la ejecución de una política, plan o programa, cumpliendo con unos requisitos ambientales concretos. 

Al ser un problema general a nivel mundial, se han tenido que sentar los numerosos líderes mundiales, para debatir y acordar soluciones a este problema. Naturalmente, cada país tiene sus propios intereses, y es muy complicado llegar acuerdos que puedan cumplirse por parte de todos, sobre todo porque algunos tienen más medios que otros para hacerlo. Para ello, se organizan cumbres internacionales, habitualmente organizadas por la ONU, además de conferencias e informes, que marcan el rumbo.

El último acuerdo, y por el que todos los países están trabajando en aplicar las medidas para alcanzar las metas por las que se han comprometido, es la Agenda 2030. En el 2030 los países han acordado alcanzar una serie de metas que forman parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Para hacerlo, los diferentes Gobiernos han tenido que desarrollar legislación que regula las medidas (acciones) que deben cumplir los ciudadanos y las empresas, y que mediante su cumplimiento se aseguren poder llegar a cumplir con las metas establecidas. En algunos casos, la legislación ya estaba presente, y se ha tenido que modificar para añadir algunos aspectos que facilitaran el cumplimiento de las metas. Recordar, que en el caso de España, como Estado Miembro de la UE, la mayor parte de las directrices vienen dadas desde Europa, mediante las Directivas Europeas. Estas Directivas, para poderse aplicar en territorio español, es necesario que trasponerlas a la legislación española, incorporando algunas especificaciones que permiten su aplicación en el territorio nacional. 

Esta legislación al ser de obligado cumplimiento, hace cambiar, de alguna forma, las metodologías y las políticas de las empresas. Por ejemplo, si se disminuyen los límites de ciertos parámetros para disminuir la contaminación, o bien la prohibición de utilizar un determinado reactivo o producto, la metodología de fabricación deberá cambiar; es decir, se tendrán que diseñar nuevos procesos, para cumplir con la normativa y no ser multado o sancionado.